viernes, 23 de marzo de 2012

EL MISTERIO DE CRISTO EN LOS CIELOS (1) - CAPÍTULO X:







CAPÍTULO X:
EL MISTERIO DE CRISTO EN LOS CIELOS (1)




(1) Para mejor comprensión de este capítulo, refiérase al Apéndice N°1 al final del

libro (N. del T.)



A medida que un discípulo transita el CAMINO DE LA
SANTIDAD que conduce a los reinos espirituales, la experiencia
descubierta se vuelve aun más maravillosa e innovadora. En estos
niveles seráficos de existencia no hay velo que separa a los que viven en la Tierra de aquellos que habitan los planos internos de luz. Desde este plano súper físico, junto con aquellos Ángeles y aun en reinos más elevados de luz, también se entiende y presencia los actos de las almas humanas en una reencarnación, durante el periodo entre la muerte en el plano físico y el renacimiento. Aquí uno también puede observar el trabajo de los espíritus de la naturaleza y ver cómo sus actividades están sometidas a lo que los científicos llaman las leyes de la naturaleza. Aquí, en cada mañana de Cuaresma en medio de hosannas triunfantes de Ángeles y Arcángeles, el Cristo luego de su liberación de la encarnación anual en la Tierra, aparece en excelsitud refulgente.


En el Templo de los Misterios Cristianos, se forma la gloriosa
procesión de Pascua alrededor de Su luminosa presencia, no como
un mero espectáculo sino como una forma mediante la cual se
transmite un poder trascendente sobre todos los que han sido
encontrados meritorios para ser sumados a Su compañía santificada.

Los cristianos místicos conmemoran la Pascua no sólo como un
evento histórico sino como un acontecimiento espiritual anual. En el curso del año solar luego de Su descenso al corazón de la Tierra en el tiempo cristiano, se levanta nuevamente con cada Tiempo Pascual recurrente, para reascender al trono del Padre en los altos cielos para la restauración de Sus poderes, antes de retornar nuevamente a la el equinoccio de otoño.

En el momento de Su crucifixión, Cristo abandonó el cuerpo de
Jesús en el que había funcionado entre los hombres durante tres años de ministerio y transfirió Su Espíritu al cuerpo planetario para
entonces ser su Regente. Hay un significado profundo en las palabras que pronunció a Sus Discípulos después de la Resurrección.” Todos los Poderes se me han dado en los cielos y en la Tierra”.

Cuando la raza humana sucumbió a la seducción de los
espíritus de Lucifer, se cambió el ritmo atómico del cuerpo físico del hombre de tal manera que el fuego espiritual espinal se entonó con las fuerzas luciféricas y recibió la señal de esos flamígeros Seres. La misión de Cristo es la de contrarrestar esta condición al sustituir Su ritmo y señal por aquella de los Luciferes – ya que Cristo como un Arcángel es también un Ser de Fuego. Cuando esto se haya conseguido, la vibración atómica del cuerpo del hombre le hará inmune a las enfermedades y a la muerte. Los individuos de la Nueva Era suscitan en sí mismos la enaltecida imagen del Cristo.

La Jerarquía de Aries contiene un modelo arquetípico del
hombre como fue creado “a imagen y semejanza de Dios”. Este
modelo se manifestará progresivamente en la Nueva Era. Las seis
constelaciones sobre el ecuador contienen, por así decirlo, esos
patrones en miniatura y las Jerarquías de las constelaciones
meridionales trabajan con la humanidad para traer dichos modelos a
su cumplimiento aquí en la Tierra. Por ejemplo, la Jerarquía de Aries conserva este patrón perfecto del hombre cristificado. Libra, el signo opuesto a Aries y el hogar de los Señores de la Individualidad, trasunta este patrón cósmico de Aries y le ayuda al hombre a suscitar estas manifestaciones.


Tal es el conocimiento que ha motivado a los grandes maestros
del mundo a ayudar a la humanidad a traer el patrón divino a su
manifestación en este plano. El trabajo es arduo. Pero a lo largo de
las edades, esas valerosas almas que han sido suficientemente
fuertes para seguir el Camino de la Santidad en los reinos espirituales, han regresado inflamadas de lo que ellas contemplaron como “un nuevo cielo y una nueva Tierra” habitados por la humanidad cristiana. Ellos saben, como Cristo sabía, que en verdad “La Palabra era Dios”.

Cuando el Sol pasa por Tauro durante el mes de Mayo, la fuerza
de Cristo asciende más y más hacia el aura espiritual de la Tierra. El discípulo que camina por el Sendero de la Santidad, sigue el
despertar de la luz ascendente de Cristo e ingresa en una esfera
donde se encuentra a sí mismo internamente armonizado y fortalecido por los poderes creativos de la música. Los seres celestiales que habitan este reino hablan en lenguaje musical. Cada uno de sus movimientos emana música. Forjan y modelan toda clase de formas por medio de tonos musicales.

La constelación de Tauro es el hogar de los modelos cósmicos
para todo lo existente en la Tierra. Estos patrones son luego
ensombrecidos por su signo opuesto, Escorpio, el hogar de los
Señores de la Forma. Estas Jerarquías nos enseñan la forma de crear a través del plano físico. Y desde la constelación de Tauro resuena en adelante el tono arcano que Dios usa en la creación, esa palabra creadora por la cual “Todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho”. Esta es la nota-clave de Tauro.

Los Señores de Tauro mantienen el patrón cósmico del más
maravilloso órgano destinado a ser parte del futuro cuerpo humano.
Este órgano nuevo, semejante a una rosa dorada, estará localizada
en la garganta y será el centro por medio del cual la palabra creadora será proyectada por el hombre de la Nueva Era. Por su poder, la generación se convertirá en regeneración y el hombre será capaz de modelar la sustancia en lo que desee. En el reino en que los poderes taurinos están mayormente activos, el iluminado puede contemplar la visión de esta perfección y meditar sobre aquello. Percibe el desarrollo admirable que le espera en el futuro y se da cuenta del significado literal de las palabras del Salmista: “Le has hecho un poco inferior a los ángeles y le has coronado de gloria y honor.”


Cuando el Sol asciende en el cielo hacia su punto más
septentrional en junio, transita el signo de Géminis, la constelación
que establece una doble marca sobre el templo del cuerpo humano.
Gobiernan los duplos del cuerpo: pulmones, hombros, brazos y en
especial manos. También mantiene el patrón cósmico del andrógino
perfecto en que las potencias masculinas y femeninas se encuentran
en equilibrio. Ése es el logro de los Iniciados de los Misterios Mayores Cristianos. Esta conquista trae inmunidad a las enfermedades y a la vejez. Y toda vez que la consciencia permanece intacta ya sea en o fuera de la carne, nunca se experimenta la muerte tal como la conocemos puesto que su conciencia está concentrada ininterrumpidamente en la inmortalidad.

El estado de vida arcangélica se ha alcanzado cuando se
funciona en cuerpos polarizados perfectamente. Esto no es cierto para los reinos angélicos y humanos menos desarrollados. Por tanto esposible para los miembros de estos reinos descender desde sus
estados elevados a formas de expresiones inferiores. Se registra
bíblicamente la caída de los Ángeles en la descripción de la guerra en el cielo, cuando Lucifer y sus seguidores fueron expulsados de allí y la Caída del hombre se produjo, según el relato del Génesis, cuando Adán y Eva (la humanidad infante) perdieron el Jardín del Edén. La redención de estas caídas requirió el más alto poder disponible para cualquiera de estas oleadas de vida y ello tenía que venir del nivel arcangélico y así ocurrió. El Cristo Señor, el evolucionado más alto de los Arcángeles, se convirtió en el maestro y redentor tanto de los ángeles caídos como de la humanidad. Esta es una de las verdades más profundas asociadas con el misterio de los Cristos.

El prototipo del andrógino perfecto fue proyectado por las
Jerarquías de Géminis en su signo opuesto, Sagitario. La Jerarquía de Sagitario (Los Señores de la Mente) otorga estas iluminadas
enseñanzas a los más avanzados pioneros de la Tierra. Después de
la venida de Cristo, en la conducción desde Escorpio a la de Sagitario, ocurrieron posteriores desarrollos de la mente humana. Considerando las maravillas de la mente, sus poderes creativos y su habilidad para abarcar el globo en un instante del tiempo y de contemplar la vastedad del espacio cósmico – aunque al presente sólo una fracción de ella está activa- obtenemos una pálida idea de la gloria trascendente de la Jerarquía de Sagitario, cuyo vehículo más inferior, correspondiente al cuerpo físico del hombre, está compuesto de substancia mental. Igualmente nos manifiesta los poderes sublimes que esperan al hombre cuando consiga dicho desarrollo.




Para un alma despierta, el propósito preeminente al cultivar la
mente, es que ésta llegue a ser cristificada. Sin embargo, este logro
es solamente de pocos. La mayoría están inmersos en el materialismo de la mente concreta que está enfocada principalmente en propósitos mundanos e intereses del yo separado. Siempre que tales preocupaciones reclamen la atención del hombre, allí existirá una falta de percepción espiritual y escasa realización de las realidades relacionadas con el mundo interior y la mente universal. No habrá ninguna continuidad de consciencia y si la hay, será muy poca la interiorización de las experiencias encontradas en el mundo espiritual durante los intervalos entre las vidas terrenas. El resultado de esa consciencia velada a las realidades espirituales es el materialismo que hoy condiciona al mundo.

Sin embargo esto no es sino una fase temporal de la evolución
de la humanidad. Mientras más claridad inunde el camino de aquellos que anhelan la santidad, la consecución de las realidades espirituales llegará a ser más clara y más fuerte. Cada vez le acarreará más luz por el impulso insistente de dichos aspirantes para hacerse ellos mismos merecedores de transitar por el Camino de la Santidad.

En el tiempo del Solsticio de Verano, en su tránsito anual por
Cáncer, el Sol alcanza el punto más alto en su ascensión
septentrional. Entonces su esplendor físico llega a su máximo en el
hemisferio norte, y así los días son más largos y las noches más
cortas. Es la media noche alta del año y su nota- clave es la LUZ.

Cáncer es el principal signo femenino de los cielos. En armonía
con este hecho, el signo contiene un pequeño racimo de estrellas de
tal forma arregladas que evoca un pesebre. Del corazón de Cáncer
fluyen las aguas de la vida eterna, en donde hay formas-semillas
germinadas que animan todos los reinos de la Tierra. El Solsticio de
Verano acontece cuando el Sol entra en Cáncer (21 de Junio) y está
armonizado con el principio de fecundidad. Las semillas prorrumpen en un ciclo de manifestación en obediencia con este principio activo en la naturaleza. Luz, libertad, regocijo, son las cualidades dominantes de la estación veraniega. Concomitantemente mucha gente de Europa en particular, observa este tiempo del año con música, bailes y fiestas exuberantes. (1)
________________________
(1) Similarmente ocurre en junio en Sur América, donde los indígenas y mestizos, especialmente del área andina celebran, con gran pompa ceremonial y júbilo, la fiesta del Inti Raymi, en honor de su dios Sol. (N. del T.)



A la Jerarquía de Cáncer se conoce bíblicamente como los
Querubines. El ministerio de esta Jerarquía radica en custodiar los
lugares sagrados. Ellos se elevan sobre el Santo de los Santos.
Durante los procesos iniciáticos se le instruye al aspirante cómo
construir este Santo de los Santos dentro de sí mismo. La marmita de maná dorado dentro del Arca de la Alianza es un símbolo de la Copa del Grial personal del hombre y su fuerza sagrada individual y a partir de ello los Querubines han protegido los portales del Edén, no sea que la humanidad no renovada espiritualmente encontrase
prematuramente el camino de regreso.

Se colige que la bendita Virgen María y los Discípulos hubieron
comulgado con los Querubines después de Pentecostés, demostrando que habían aprendido estas sagradas verdades de la
Jerarquía divina.

A medida que el Sol alcanza su mayor ascensión, el Espíritu de
Cristo sube al mismo trono del Padre. Su actividad se concentra
entonces en el más alto nivel del aura planetaria, donde trae
iluminación adicional y bendiciones renovadas a los Seres celestiales que habitan este reino, al igual que a las almas que, en su
adelantamiento espiritual entre encarnaciones físicas, se han elevado a planos más elevados. A tono con esto, es también en la estación de verano que aquel iluminado que sigue al Cristo en el Camino de la Santidad, eleva su consciencia a este reino para comunicarse con sus habitantes celestiales y después conocer acerca de las fuerzas de la naturaleza. Aquí se percibe cómo los elementales del aire y de la tierra, las sílfides y los gnomos, trabajan en el otoño y en invierno con la vida vegetal disgregante y moribunda. Aquel que busca el Sendero de la Santidad en este plano exaltado, se detiene ante los reales misterios de la vida misma. Sólo los puros de corazón acceden a este plano sagrado. El que busca descubrir los secretos de la vida nunca los encontrará, hasta que sus manos y su corazón sean castos y limpios. Solo para aquel vendrá la comprensión de la unidad de toda vida.


Estas son verdades que en especial pertenecen a la Jerarquía
de Cáncer y no son susceptibles de una transferencia directa al plano terrenal. Por tanto son comunicadas por medio de los Querubines a la Jerarquía de Capricornio, el signo opuesto a Cáncer y el hogar de los Ángeles los que son de un rango jerárquico inferior que el de los Querubines y por ende más cerca en conciencia a la humanidad, diseminándoselas a aquellos en la Tierra que están listos y deseosos de recibirlas. Así hubo un tiempo en que los impulsos de Capricornio infiltraron la tierra por la que descendieron a la semilla de David en la encarnación del Maestro Jesús, que se convirtió en el portador de Cristo.


Se ha dicho que mientras el Sol transita el signo de Cáncer y
Leo durante julio y agosto, el Cristo asciende al trono del Padre en
donde se reviste de su Gloria mirífica. Es aquí donde se renueva y se revitaliza, atrayendo fuerzas más altas y más espirituales para así
continuar Su ministerio terreno cuando regrese a la esfera de la
humanidad en el Equinoccio de Otoño. Durante Su morada en los
altos cielos, los clarividentes observan que el planeta Tierra aparece
iluminado con Su refulgencia. Y el observador entra en una profunda comprensión del significado de su anunciación: “Todo poder se me ha dado en la Tierra como en el cielo.”

Cuando así el Sol está recorriendo Cáncer y Leo, aquel
iluminado que holla el Sendero de la Santidad asciende a los espacios espirituales más elevados de este planeta y accede a una más profunda conciencia de poder trascendente. Comienza a entender que el amor en su más alto aspecto no es pasión o sentimiento sino un aspecto de la misma divinidad. Pedro fue imbuido con tal poder. Él mismo se refiere a este poder de amor al decirle al cojo frente a la puerta del Templo Sublime: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy… levántate y anda”. De nuevo fue esta misma autoridad que de igual forma animó a Pablo, que a despecho de todas las persecuciones y encarcelamientos, pudo exclamar estas sublimes palabras.” Aunque hablase lenguas humanas y angelicales y no tengo amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe”.

Cuando un aspirante alcanza el grado de la consecución
espiritual, para él Cristo es todo en el todo. Su mayor aspiración es
servir como Él sirvió y amar como Él amó. La nota-clave bíblica de
Leo suena en las palabras “Amor es el cumplimiento de la ley”.

Mientras el Sol está en Leo el espíritu de Cristo se refresca y
renueva mediante las magnificencias del reino del Padre. Como el
atributo más alto del Señor Cristo es en esencia inmolatorio, cuando el
Sol transcurre en Virgo, signo de servicio, un deseo cósmico Le
mueve para dejar el reino del Padre y bajar otra vez hasta la Tierra, a la cual contacta mientras el Sol pasa por Libra.


El Camino de la Santidad, consecuente con el Rayo de Cristo,
abandona también la región espiritual de la Tierra mientras el Sol pasa por Virgo. Al ser el amor la nota-clave de Leo y el servicio a través de esa pureza de Virgo, aquel que camina esa parte del Sendero que cruza los planos vibratorios más elevados de esta esfera, debe haber desarrollado pureza como una fortaleza en su interior. Generalmente la excelencia de dicho poder no es reconocida, sin embargo el Cristo declaró que solo los puros de corazón verán a Dios. Con respecto a esto, son muy expresivas las frases de Tennyson en SIR GALAHAD.
“Mi fortaleza es la fortaleza de diez, pues mi corazón es puro”.

Este atributo le hizo inmune a Parsifal al ataque que el malvado
Klinsor le asestó. La lanza de odio que el caballero negro arrojó a
Parsifal fue desviada de su curso. Al mismo tiempo y por virtud de su poder, Parsifal hizo la señal de la cruz y produjo el colapso completo del castillo del mal.

En tanto que Virgo guarda el secreto de la Inmaculada
Concepción, este obsequio se trajo a la Tierra por medio de Piscis, su signo opuesto y fue hecho patente por María de Belén, la suprema Maestra. María fue concebida inmaculadamente bajo la Jerarquía de Sagitario (Los Arcángeles); y nació en el mundo físico bajo la guardianía espiritual de la Jerarquía de Virgo.

El candidato que es acreedor a acariciar las esferas seráficas de
Virgo, se encuentra delante del misterio de la Inmaculada Concepción y aprende que este regalo divino no fue otorgado a un individuo solamente, sino que María y Jesús fueron los prototipos que la humanidad como conjunto está destinada a emular. Aquellos que están espiritualmente iluminados, oyen en este celestial entorno a los Ángeles cantar sobre el día en que bajo un cielo nuevo y una Tierra Nueva la Inmaculada Concepción constituirá el legado para toda la especie.

Como se ha indicado anteriormente, la Jerarquía de Tauro
mantiene los patrones cósmicos de la forma; la Jerarquía de Cáncer,
los de la vida; la Jerarquía de Virgo, es el poder por el cual la vida
anima la forma. Estas tres constelaciones, el triángulo femenino de los cielos, administran todos los reinos de vida sobre la Tierra.

Debería ser notado que aquel que sigue el CAMINO DE LA
SANTIDAD a través de los seis signos zodiacales sobre el ecuador,
ha alcanzado tan elevado sitial de iluminación que se le ha encontrado digno de levantarse ante los sublimes misterios de las cuatro Iniciaciones Mayores. El discípulo que sigue el Camino, como ha sido bosquejado en los seis signos bajo el ecuador, está siendo preparado para receptar las tareas de los nueve Misterios Menores.

* * * 


No hay comentarios:

Publicar un comentario