viernes, 23 de marzo de 2012

LA TENTACIÓN - CAPITULO VI




CAPITULO VI
LA TENTACIÓN

Mateo IV: 1-11
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser
tentado por el demonio. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y cuando el tentador vino hacia Él le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Pero Él respondió y dijo: Escrito está; No solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad y le puso sobre el pináculo del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti: En sus manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque escrito está: Al señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás. Entonces el diablo le dejó; y he aquí venían ángeles y le servían.”


De todas las lecciones que Cristo antepuso al neófito en el
drama de Su vida, ninguna es más importante que la Tentación y
ninguna tan mal entendida. Su cuerpo, su mente y su alma debieron
ser probados a fin de que dejase a la raza humana esa incesante
inspiración del ejemplo divino de Uno que fue tentado en todas las
cosas al igual que ellos mismos y como Pablo lo afirma, sin embargo permaneció sin pecado.

La reacción que tiene un principiante frente a la Tentación indica
donde se encuentra éste en el Sendero; pero no son únicamente
estas las razones de la prueba en el Camino. Las pruebas son
importantes ya que ellas desarrollan fortalezas morales, mentales y
espirituales, en forma similar a como un ejercicio físico o una labor
sana desarrolla la salud y fuerza del cuerpo físico. Jesucristo se dio a sí mismo como el Ejemplo a fin de que pudiéramos saber la manera correcta de enfrentar la Tentación o las pruebas de cualquier naturaleza.

Así como Jesús fue tentado después de Su Bautismo, lo cual fue
una Iniciación, igualmente todo principiante es tentado o probado,
después de cada iluminación o “adelanto”. Esta prueba le llega con el propósito de mostrarle su propia debilidad. Una caída en cualquier prueba no significa que deba retornar a los derroteros del mundo, sino que debe esforzarse más para superar dicha debilidad y defectos, y entonces permanecerá firme cuando sea nuevamente “tentado” o probado.

Todas las tentaciones o pruebas pertenecen a tres categorías
generales, a saber: del cuerpo, del alma y de la mente. La Iniciación
simbolizada en el Bautismo de Cristo Jesús confiere al neófito nuevos poderes de alma y mente, que nacen del entendimiento de que toda la vida es una en Dios; y él no debe jamás usar estos poderes egoístamente, sin importar cuan grande sea la necesidad, sino sólo en beneficio de su prójimo.

Ahora es cuando repentina e inesperadamente la ambición
personal florece y en la forma más inesperada, ya que el neófito cree que ha dejado atrás de sí sus deseos mundanos. Ha renunciado
conscientemente a aquellos deseos por insignificantes y sin valor real, sin embargo sabe que le son posibles satisfacerlos totalmente y por tanto debe depurar sus pensamientos y emociones para asegurarse que sólo el amor a Dios y a la humanidad motivará sus actos. Esto no es siempre fácil de determinar ya que para muchos la ambición personal aparece inocente en sí misma pero maligna solo con relación a la orientación espiritual del neófito en el Sendero. Por ejemplo el amor propio se conserva, pero ello no debe ser confundido con egoísmo o vanidad. Se cuida del cuerpo conscientemente ya que éste es el templo de su dios interior, pero la salud física y el bienestar no son el propósito y el fin de la vida y el cuerpo es visto como el instrumento del espíritu. El alma se nutre con la apreciación de las artes y de las manufacturas y con la contemplación de la belleza de la naturaleza, pero aquello se valora en relación con Dios como la verdadera fuente y origen y se entiende el genio creativo como un aspecto en sí mismo del Poder Creativo, de la Unidad Suprema en la cual el hombre vive, se mueve y tiene su ser. El intelecto debe ser entrenado y sus poderes cultivados a través de la educación y de la razón, pero esa adquisición de conocimiento podría ser un bien falso a
menos que esté relacionado con la vida toda; y mientras más
poderoso el intelecto, mayor necesidad de humildad para que la
mente no se cierre a nuevos aspectos de percepción y de verdad.
Siempre la regla hacia el entendimiento es: “Que la mente sea en ti
como fue en Jesucristo, el cual no se hizo a sí mismo de reputación… y se volvió el sirviente de todos, aun frente a la muerte”.

Esas son las tentaciones sutiles que el discípulo iluminado
encuentra en el Sendero, y que Cristo nos enseña cómo enfrentarlas. Renunció al Yo completamente y sometió su voluntad al servicio de los otros, pero con conocimiento completo de su siempre alerta Divinidad instaurada.

Cada fase exitosa del desenvolvimiento espiritual acarrea una
prueba especial y característica, según el temperamento y grado de
logro espiritual del individuo; sin embargo, aunque variadas estas
pruebas puedan ser, el ejemplo de Cristo nos muestra el camino de la victoria. La espiritualización de la mente a través de una dedicación completa a la verdad del Espíritu constituye la armadura inexpugnable del discípulo, el cual no es asediado diariamente sino cada hora por las pequeñas e insidiosas tentaciones de la vida cuotidiana y que son las más peligrosas, ya que escasamente son reconocibles como tentaciones. Por tanto la admonición de uno de los grandes maestros de la sabiduría: “Oren sin cesar”.



*



TRANSFIGURACIÓN

Marcos IX: 2-7
“Seis días después Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan y los
llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. Y
sus vestidos se volvieron resplandecientes, más blancos, que la nieve,
tanto que ningún lavandero en la Tierra los puede hacer tan blancos.
Y entonces se les apareció Elías con Moisés: y hablaban con Jesús.
Entonces Pedro dijo a Jesús:
‘Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí: y hagamos tres
tabernáculos, uno para ti, uno para Moisés y otro para Elías.’
Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. Y
entonces vino una nube que les hizo sombra y desde la nube una
voz que les decía: “Este es mi Hijo amado. A el oid.”
“Y de pronto cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a
Jesús solo”.

Toda su vida y el trabajo de Jesucristo en la Tierra comenzaron
propiamente con la Transfiguración. Al haber experimentado las
pruebas de la Tentación, que no le eran meramente personales sino
cósmicas, el cuerpo físico en el cual había aparecido como un hombre entre los hombres, fue completamente transmutado en espíritu. Ese no fue Su propio cuerpo sino el cuerpo del Maestro Jesús entregado a Él para Su utilización, el cuerpo más puro y perfecto jamás producido la raza humana. Se había utilizado siglos en su preparación a través de una herencia cuidadosamente controlada entre las familias más bellas y vigorosas que existían en aquel entonces, la familia de los príncipes de la Casa de David, cuyo heredero al trono siempre fue llamado el Mesías.


Los discípulos supieron que estaban en la presencia de un
Poder Cósmico cuando, en la repentina revelación Crística, la Gloria arcangélica entonces hizo su morada en el cuerpo del Maestro Jesús. En épocas anteriores, otros Iniciados han contemplado esta misma Gloria, pero a la distancia en el Sol, o en ocasiones muy raras como una presencia Arcangélica en ciertos lugares sagrados de la Tierra, como el Campo de Ardat de Babilonia o el monte Sinai y algunos más.

Ciertos Iniciados en otros lugares del mundo y todavía
encarnados en sus cuerpos, estaban al tanto de la Presencia en el
Monte de la Transfiguración en Galilea. Pero estos tres discípulos,
Pedro, Santiago y Juan, contemplaron la Gloria muy cercanamente a ellos, y ésta les cubrió tan pronto se prosternaron. Fue la mismísima Gloria Solar conocida por todos los Iniciados de las Escuelas de Misterios tanto en el Oriente como en Occidente; pero ahora quemaba como Luz sobre la Tierra y no solamente como luz del astro solar. Los Iniciados contemplarían en siglos posteriores esta Gloria en el Sol y experimentarían su Imagen proyectada en la tierra en donde su “Rayo” se concentró e inflamó.

En estas circunstancias el Ser Cósmico, firme en medio de la
Excelsitud Solar, enseñó a sus discípulos principales los más
profundos misterios de la reciente fe de la Nueva Era a la sazón
surgiendo, la Edad Pisciana, y que luego la transmitirían al grupo más íntimo de los discípulos del futuro.

De los cuatro Evangelios, el de Mateo nos da una relación más
detallada de este evento sublime. A efectos de entender qué es lo que allí se revela, debemos saber que Cristo viene de lo que nosotros denominamos el mundo del Espíritu de Vida, que no es sino otro nombre del Reino de la Conciencia Universal o Crística. Este mundo es Su hogar. En el Monte de la Transfiguración, se apareció a sus tres discípulos más desarrollados, ataviado con la gloriosa vestimenta de luz perteneciente a tal plano celestial; puesto que los tres le acompañaron concientemente, sin embargo para el discernimiento terrenal todos permanecieron en el plano terreno con relación al cuerpo.

Mas tarde Juan describe este trascendente resplandor así:
“Nosotros contemplamos Su gloria, la gloria que posee como
Unigénito Hijo del Padre.”

En este plano universal se encuentran las descripciones
cósmicas y el archivo completo e imperecedero de todo lo que ha sido experimentado por el hombre y sus planetas desde el amanecer de la creación, ya que éste es el más alto de aquellos mundos en los cuales se guardan los Libros de la Memoria de Dios y de los cuales leen los Ángeles. A este plano fue elevada la conciencia de los discípulos. Cuando se mira en la vida del principiante los correspondientes pasos en el Sendero, encontramos que la Transfiguración señala un alto grado de desarrollo. La esencia vital trasmutada y conservada dentro del cuerpo brilla auténticamente con el resplandor espiritual, una luz
en las tinieblas, lo que significa sabiduría en medio de la ignorancia.
Asimila nuevamente las palabras del más grande de los tres
discípulos favoritos, que compartió el Misterio de la Transfiguración con el Cristo: “Si caminamos en la Luz como Él esta en Luz, tenemos comunión entre nosotros”.

La bendición que se escucha en el Bautismo a principios del
ministerio de tres años se oye otra vez en el Monte de la Gloria "Éste es mi Hijo amado, en quién estoy muy complacido", pero señala una nueva y más alta fase de la Obra de Cristo. Cuando en el Jordán la Voz habló en el Bautismo, sus palabras eran para la muchedumbre. Allí en el Monte de la Transfiguración, la Voz habla a los tres discípulos más avanzados, aquellos que estaban listos para la visión y el servicio cósmicos. Luego de la Transfiguración, Cristo partió a Getsemaní y hacia la consumación de su obra en la Tierra.

*



GETSEMANÍ: EL JARDÍN DE LA AFLICCIÓN

Luego de la Transfiguración que marcó la culminación del
modelo cósmico de la triunfo, quedan los pasos conducentes a la
Liberación.

Marcos XIV: 26-28; 32-34
“Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. Y entonces Jesús les dijo:
“Todos os escandalizareis de mí esta noche; porque escrito está:
‘Heriré al pastor y las ovejas serán dispersadas.’ Pero después de que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
Vinieron pues a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus
discípulos: “Sentaos aquí entretanto que yo oro.”
Y tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: “Mi jalma está muy triste, hasta la muerte; aguardad aquí y velad.”

La palabra Getsemaní está formada de dos palabras en Hebreo:
“GATH, “opresión” y también “amargura” y SHEMEN “”aceite”
(entendimiento y sabiduría). La sabiduría siempre nace del dolor,
hasta que el discípulo ha alcanzado por fin esa conciencia elevada
donde el dolor no tiene poder sobre él, ya sea para herir o para instruir. El “cuerpo de diamante” de los Adeptos es inmune al dolor y al sufrimiento y es indestructible. Cristo ya estaba habitando dicho cuerpo cuando fue al Getsemaní y a la ruta del Calvario con el propósito de mostrar a la humanidad el Camino de la Sabiduría.

Este es en verdad uno de los profundos misterios de la vida, en
donde el origen de los lamentos y las amarguras no es comprendido
y el hombre solo anhela la dicha y tranquilidad sin esforzarse.

Pero el místico conoce que el Jardín de los Lamentos y de la
Crucifixión tiene que alguna vez preceder a la jubilosa hora del
amanecer de la Resurrección y la blanca gloria del Día de la
Ascensión.

A medida que el espíritu despliega su íntima divinidad que es la
imagen y semejanza de ese Dios que es Amor, el Getsemaní deja de
ser un lugar de lamentación personal y se convierte, tal como fue para Cristo, en un lugar del pesar debido a los dolores del mundo. Sus plantas son regadas con sus lágrimas vertidas por los sufrimientos de la humanidad y por las angustias inermes de multitudes de criaturas vivientes que no pueden expresarse con voz humana. Mientras uno camina hacia mayores logros espirituales, se vuelve progresivamente solícito a los quebrantos de todas las cosas que le conciernen. Siente cada padecimiento como si fuese su propio sufrimiento y lo guarda en su corazón.

La lección suprema del Getsemaní es aprender a permanecer
solo y decir, “No se haga mi voluntad sino la Tuya” Muchas veces
debemos seguir a Cristo Jesús en la Montaña de la soledad y beber
de aquella copa hasta que se haya aprendido la lección.

Ya no es posible culpar a otros de nuestros sufrimientos, ni
juzgar duramente ni criticar u odiar. El discípulo no pide sino un solo privilegio que es el de sacrificarse a sí mismo frente al altar de la humanidad, sin esperar favores, gratitud o comprensión, ni aun de aquellos más queridos o más cercanos; desea solamente vivir para el servicio. Este es un ideal extremadamente elevado. Pero es lo único que debemos aceptar como una meta en nuestra vida antes de que estemos preparados para conseguir la ultima liberación del Getsemaní.



*



LA CRUCIFIXIÓN

Lucas XXIII: 24
“Entonces Pilatos sentenció que se hiciese lo que ellos pedían”.

En la crucifixión estamos frente a uno de los misterios sagrados
que siempre deben permanecer sellados al profano. Cristo Jesús fue
azotado y escarnecido en preparación a este rito sagrado. Se le
despojó de sus vestiduras y SE LE CUBRIÓ CON CIERTO MANTO. Corona de espinas y se la presionó
en sus sienes de tal forma que la sangre le fluyó de allí.

Cristo nos enseña el misterio de la estigmatización, comenzando
con los sucesos de la flagelación y la coronación con espinas hasta el traslado de la cruz y la crucifixión en el Gólgota. Las heridas sufridas por él aparecen en el cuerpo del devoto místico el cual medita profundamente sobre el Sendero del Calvario y físicamente siente estas heridas producidas síquicamente. Las más dolorosas son las heridas en la cabeza, que se sienten como si una corona de espinas estuviese presionando alrededor del cráneo. Este dolor se produce por el despertar de los nervios craneanos; si bien todos los nervios del cuerpo son sensibles, sin embargo éstos son más aún que todos ellos.
Este efecto se produce por el fuego ascendente, el cual es notado
especialmente en las manos, los pies y el costado, que corresponden
a las cinco heridas sagradas en el cuerpo de nuestro Señor.

En las Escuelas de Misterios estas heridas igualmente se
sienten, sin embargo ellas permanecen invisibles y el Iniciado holla el Vía Crucis secretamente, aun a plena vista de la multitud obnubilada.

Mateo XXVII: 27-28
“Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor suyo a toda la compañía. Y desnudándole, le echaron encima un manto escarlata. Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando una rodilla delante de él, le escarnecían diciendo: “¡Salve, Rey de los judíos!”

El manto escarlata es la insignia de realeza, pero para el místico
simboliza las palabras del Cristo de que Él, que sería el más grande
entre todos los hombres, debe ser el servidor de todos. La verdadera realeza estriba en el sacrificio por nuestros hermanos. El color escarlata es el color de la sangre de vida derramada en sacrificio, no un sacrificio de muerte, sino un sacrificio de vida útil. Mantiene la caña en Su mano derecha, representando el cetro del Rey, simbolizando el poder del Iniciado de justo caminar, el camino derecho o positivo del poder sobre todo mal. En el evangelio de Marcos, Jesús es golpeado en la cabeza con la caña, lo que indica la fase de desenvolvimiento en la cual la “vara de poder” golpea el cráneo con su fogosa fuerza. Sólo los Evangelios de Mateo y de Marcos mencionan la caña y la corona de espinas. Ambas representan las manifestaciones tempranas de los
poderes crísticos despertados, la exaltada fuerza del Espíritu de Vida, la que flagela el cuerpo al comienzo a medida que se va convirtiendo en el templo de la divinidad interior. El proceso culmina con la crucifixión simbólica del Iniciado, en donde, habiendo trasmutado el aparente cuerpo “muerto”, la ardiente fuerza de Cristo lo levanta a la Vida eterna.

El Cristo sublime, el supremo Camino verdadero, mientras
cuelga sobre la cruz, es el símbolo perfecto, en general y en particular, del Camino de la verdadera consecución espiritual de toda la humanidad –el camino del progreso para toda la raza humana.



*



LA RESURRECCIÓN

Juan XX: 1,2

“El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aun oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces ella corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos donde le han puesto.”


Juan XX: 11-14

“Pero María estaba afuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para ver dentro del sepulcro.
Y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Y le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: porque se han llevado a mi Señor y no se donde le han puesto.
Cuando había dicho esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí, mas no sabía que era Jesús.”

El cuerpo de Cristo permaneció en la tumba toda la noche del
Viernes, todo el sábado, y una porción del domingo, delineándose así “los tres días místicos” de la gran fórmula iniciática según la cual el discípulo es levantado a la vida y exaltado como el recién nacido, o alguien que ha sido llevado a una nueva vida, hacia un mayor y más exaltado grado de conciencia y de poder espiritual.

Este sublime capítulo del Evangelio de Juan puede
apropiadamente ser denominado como la deificación de lo femenino, y apunta al futuro donde esta obra maestra será completamente ejecutada.

Saulo de Tarso y María Magdalena son ejemplos apropiados de
este poder de transmutación que reside en la conciencia Crística. De entre los discípulos, Juan representa el florecimiento completo de lo espiritual femenino indicado místicamente en la gentileza y belleza de su semblante. Esto le situó espiritualmente a la cabeza de los discípulos, como el bien amado del Maestro, y es natural que fuese el primero en entender y aceptar la verdad gloriosa de la Resurrección.


Toda la humanidad espera este suceso que es la culminación
de la evolución de la Tierra. La Resurrección en los reinos superiores significa para el neófito el poder actuar con completo conocimiento de que está separado y apartado de su cuerpo físico sin la presencia de la muerte. Todo aspirante victorioso en el que se produce la Resurrección, oye la proclamación del Ángel del Señor (la Ley Espiritual): “Ya no está aquí, pues ha resucitado”.

Tal como en verdad dice Pablo: “Tu eres heredero y todos son
Sus coherederos. Sin embargo la promesa más bendecida es ésta:
“No solo estas cosas, sino que mayores que ellas haréis”.

*



LA ASCENSIÓN

“Se me ha dado toda potestad en el cielo y la tierra” fueron Sus
palabras de salutación a los discípulos, cuando se les apareció en el
cuarto superior sacro luego de la Resurrección, lo que significaba que mediante Su enorme sacrificio en el Calvario habíase entonces
convertido en el Señor verdadero y en el Espíritu interno planetario de la Tierra. El Cristianismo Esotérico nos enseña que el Gólgota no fue la terminación sino mas bien el principio del sacrificio de redención en Cristo para todo nuestro cuerpo planetario.

Durante el intervalo sagrado de los místicos “cuarenta días”
entre la Resurrección y la Ascensión, Cristo se ocupó de muchas
obras relativas no solo a la raza humana sino a todas las oleadas
evolucionantes sobre la Tierra. Este trabajo incluyó las diferentes
razas y espíritus grupales que guían las diferentes corrientes de la
vida evolucionante. Dio a todos un nuevo ímpetu de altruismo y de
unidad y también aceleró en cada uno el tono vibratorio de la notaclave que suena en el arquetipo o patrón cósmico. Toda la Tierra, en verdad, canta una nueva canción con Su venida.

“Id a Galilea, que allí os encontraré”. Cada aparición a los
discípulos entraña un significado profundo y una promesa de
mayores poderes espirituales.

“Y mientras los bendecía se fue separando de ellos y era elevado
al cielo”.

La mística ceremonia de “resucitar de entre los muertos” nos
enseña de que no hay muerte y por medio de la “Ascensión” se nos
enseña que la vida eterna es la herencia cierta del Iniciado. “La casa de mi Padre tiene muchas mansiones. Yo voy a preparar un lugar para vosotros”.

En el Grado de la Ascensión Cristo abrió el camino para que
todo aquel que desee pueda subir con Él y compartir la elevada
comunión de los reinos espirituales.

No únicamente la cristiandad nos enseña la Iniciación de esta
manera. La fórmula de la Iniciación ha sido incorporada en todas las grandes religiones del mundo en los principales acontecimientos de la vida de los Grandes Maestros y Salvadores y eso es para ellos un acontecimiento medular.

A medida que la Nueva era de Acuario cae lentamente sobre la
Tierra, vienen mensajeros del reino de la Luz para establecer
gradualmente una comunión más íntima entre Cristo, los discípulos y todos aquellos sobre la Tierra que aspiran seguir el ritual místico con sus doce pasos o grados, tal como se ha indicado arriba.

En el mundo del alma, el verdadero discípulo todavía
experimenta el sufrimiento y la crucifixión de toda la raza humana y el Cristo continúa soportando la crucifixión permanente, puesto que está todavía con nosotros hasta el fin del mundo, como así lo dijo, y la Liberación que nos ofreció es la Consumación de la Cruz. Las letanías de la Crucifixión son cantos de Iniciación, que tratan sobre la fórmula Iniciática como se describe en los Evangelios. La nota-clave de esta realización es: “Que el Cristo se forme en ti”.



*


CORREPONDENCIAS ASTROLÓGICAS DESDE LA
ANUNCIACIÓN HASTA LA ASCENSIÓN.

El análisis esotérico de los Evangelios señala los doce
eventos sobresalientes de la vida de Cristo y se enumeran así:


1 Anunciación  * * * 2 Inmaculada Concepción

3 Nacimiento  * * * 4 Huida a Egipto

5 Enseñanzas en el Templo * * *  6 Bautismo

7 Tentación  * * * |8 Transfiguración

9 Getsemaní * * *  10 Crucifixión

11 Resurrección * * *  12 Ascensión


Estos doce pasos producen una connotación astrológica
interesante ya que en verdad se ha dicho que la primera Biblia del
hombre fue el Zodíaco, en el cual aprendió a leer la verdad espiritual. Por medio de ellos descifró los signos crípticos que nos cuentan las vidas de los Dioses Salvadores y allí los Iniciados Cristianos leen la narración de la vida de Cristo.

La rueda zodiacal de los cielos está compuesta de doce
constelaciones o signos, a través de los cuales el Sol, la Luna y los
planetas viajan alrededor del cielo, según se ven desde el planeta
Tierra. Los antiguos astrónomos descubrieron que estos signos
celestiales parecían tener una influencia sobre las cuestiones terrenas y así se originó la ciencia de la astrología. Se observó que la influencia de los planetas era más fuerte en unos signos que en otros. El signo en el cual el planeta expresa su más alto potencial y en el que RIGE, es el signo propio de su casa en donde revela sus
cualidades puras y sin mezcla. Pero igualmente poderoso, aunque de otro modo, es SU SIGNO DE EXALTACION. Las cualidades de
exaltación de un planeta se consiguen en su plenitud sólo a través de la Iniciación, que derivan en alma los aspectos correspondientes de las fuerzas planetarias.

Es interesante notar que EXALTACION y RESURRECCION
eran usados por los Padres de la Iglesia como términos
intercambiables, que entendieron la relación entre el desarrollo
espiritual del hombre y las estrellas en el cielo sobre él. Sabían que en la Conciencia Crística la humanidad aprendería a cooperar
inteligentemente con los Poderes Cósmicos cuya acción sobre el
destino humano se mostraba en el horóscopo.

Cuando los astrólogos hablan del planeta y del signo que lo
gobierna, se refieren en la mayoría de las veces a las cosas físicas y
materiales; el esoterista, que ha estudiado el lado oculto de la ciencia de las estrellas, habla de los aspectos exaltados del planeta que son los espirituales en la naturaleza, así:

*


LA ANUNCIACIÓN; LA INMACULADA
CONCEPCION

La Luna exaltada en Tauro. La Luna gobierna el principio
formativo o femenino y las jerarquías angelicales que tienen el
encargo de la generación.

*



EL NACIMIENTO:

Marte exaltado en Capricornio. La transmutación del deseo que
despierta el Cristo interno.


*



LA HUIDA A EGIPTO

Saturno exaltado en Libra. Saturno es el tentador o examinador,
Libra la balanza o la puerta del juicio.

*



ENSEÑANZAS EN EL TEMPLO

Mercurio exaltado en Virgo. Mercurio también regenta Virgo.
Esotéricamente el cuerpo es el templo; Virgo es la castidad y pureza de mente y de alma. Mercurio exaltado en Virgo es la Sabiduría obtenida a través de la pureza de mente, cuerpo y alma.

*


EL BAUTISMO

Júpiter exaltado en Cáncer. Cáncer es la puerta del nacimiento
y los portales de los cielos. Las palabras claves para entrar son: amor, unidad y fraternidad. El bautismo por agua es simbólicamente el bautismo por el Espíritu.

*


LA TENTACIÓN; LA TRANSFIGURACIÓN

Urano exaltado en Escorpión. El poder de la generación que,
cuando exaltado, conduce hacia la regeneración. Esta es la más
poderosa de las exaltaciones en el desarrollo humano actual.

*


GETSEMANÍ; LA CRUCIFIXIÓN

Venus exaltado en Piscis. El amor en la casa del pesar. El amor
personal se eleva a la exaltación del amor impersonal abarcando toda la vida. Cada ego conoce el huerto del Gólgota de la vida amorosa. Es a través del dolor que la pasión es enaltecida en compasión y el amor por unos en el amor por muchos.

*


LA RESURRECCIÓN

El Sol exaltado en Aries. Elevar el fuego espinal espiritual (la
fuerza de vida cósmica) hacia la cabeza, ayuda a construir el cuerpo celestial en el cual el hombre es resucitado desde el sepulcro de la carne.

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LA ASCENSIÓN

Neptuno exaltado en Cáncer. La divinidad llamada el Cristo
Interno eleva al hombre a los altos reinos súper físicos en donde
como espíritu puede entrar en las muchas mansiones preparadas por
el Cristo del Cosmos.



*




PLUTÓN

Nada se dice hasta el momento acerca del recientemente
planeta descubierto Plutón, el que rodea el Sol más allá de la órbita
de Neptuno y al que a veces le cruza. Los astrónomos coligen que
este más extremo planeta pudo haber sido posiblemente alguna vez
una luna de Neptuno y que eventualmente algún día podría regresar a dicho planeta. Sin embargo, al momento, como un planeta separado, debe ser considerado como una potencia en el horóscopo, pero su verdadera naturaleza todavía no se ha determinado. Algunos astrólogos piensan que es de la naturaleza de Marte, constituyendo una “octava” de dicho planeta; otros lo ven como una “octava” de la Tierra. Se toma la “octava” de un planeta como su “alter ego” o Yo Superior, un reflejo elevado de sí mismo. Como octava de la Tierra, Putón tendría especial supremacía sobre condiciones que afectan a nuestra evolución planetaria en su más profundo significado esotérico.

Plutón se mueve tan lentamente alrededor del Sol que casi
ocupa la misma posición por un periodo largo de tiempo, y así forma muchos de los mismos aspectos en miles de horóscopos. Estos aspectos se “ponen en marcha” por fuerzas transitorias, tales como planetas móviles más rápidos, lunaciones, eclipses, asteroides y cometas, precipitando así grandes movimientos de masas y cambios revolucionarios. Igual situación sería valedera con respecto a los otros planetas con relación a Plutón.

Los astrólogos Iniciados deberán finalmente resolver todos
aquellos problemas. Habrá una nueva astrología para la Nueva Era
que trate con las configuraciones cósmicas, no solamente con
aquellos planetas en un sistema, sino también las interrelaciones de
los muchos sistemas solares con sus planetas y aquellos con las
galaxias.

* * *


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