viernes, 23 de marzo de 2012

PREFACIO





PREFACIO


La Biblia es el prodigioso libro de las épocas. Sus páginas
encierran un mensaje para toda alma anhelante, sin importar en qué
parte del camino de la realización se halle. Hay esperanza, consuelo e inspiración para las mentes más estrechas y tradicionales, a la vez
que hay palabras portentosas y de luz para el intelecto más liberal e
inquisitivo. En ella encuentra consuelo y enseñanzas el más simple y la doctrina cósmica más exaltada el más elevado iniciado que este
planeta sea capaz de originar.


Es un error decir que la Biblia no es nada más que un libro
antiguo perteneciente a un pasado de hace dos mil años. La Biblia es un libro de misterios, un sapiente libro de enorme poder, un código continuo vigente creado por grandes iniciados y sus discípulos a través de miles de años de esfuerzos. Pertenece por igual al pasado, al presente y al futuro.


Sus secretos se han colocado tan cuidadosamente en el texto
bíblico, espiral dentro de espiral, de tal manera que cuanto más
espiritual se hace el hombre, más profundos significados se le
revelan.


Como está escrito en el Zohar, “¡Desafortunado el hombre que
solamente ve en el Tora (la Ley) simples recitales de palabras

comunes!... Cada palabra del Tora contiene elevados significados y
misterios sublimes… El incauto solamente toma en cuenta las
vestiduras, y los versos de Tora… Pero el más instruido no toma en
cuenta el ropaje sino el cuerpo en el que está envuelto.”

La Biblia le acompañará al hombre a las mismas puertas de la
Nueva Era, en donde descubrirá que aquellas páginas revelan un
concepto enteramente nuevo de los misterios de la vida espiritual, ya que este maravilloso libro es el verdadero Libro de la Vida sobre el cual se basarán las ciencias del alma de la Nueva Era Acuariana.

Cuando se lee la historia de la Biblia a la luz de las
interpretaciones de la Nueva Era, donde se relaciona a todos los
personajes y acontecimientos con el ser humano en particular, para
que esas cualidades y atributos sean ya cultivados, ya erradicados,
ocurre que las Escrituras se convierten en PALABRA VIVA, aplicable inmediatamente a los problemas personales actuales de la vida diaria. Entonces los aspectos históricos retroceden a un segundo plano. La Biblia deja de ser un texto de un pasado muerto y diferente y se convierte en la guía de un presente vivo y palpitante.

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