miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Solsticio de Verano Transformación y Ascensión - en you tube -


Capítulo XVI
El Solsticio de Verano
Transformación y Ascensión
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El Solsticio de Verano marca la culminación del año solar cuando la naturaleza alcanza su más alta perfección. La nota - clave de esa época es transformación y por doquier el hombre vuelve sus ojos tiene la evidencia de una fórmula mágica por la cual dicha transformación debe ser realizada.
El horrible y desnudo suelo de los meses invernales es ahora enguirnaldado con el brillante y resplandeciente del verde vivo; los setos, otrora oscuros y secos, están ahora vestidos con joyas y con vahos de incienso y los árboles son castillos de hojas donde los pájaros cantores pululan en las ramas. La Tierra se ha puesto su vestido de fiesta y los extasiados poetas cantan: "¡Oh, podrá haber algo más extraordinario que un día de junio!"
Entonces el Rayo de Cristo que había tocado la Tierra en el Equinoccio de Otoño ha completado Su trabajo, habiendo penetrado al corazón del Globo en la Noche Santa del Solsticio de Invierno, éste se retira despaciosamente durante los meses de enero, febrero y marzo y fue liberado dentro de la atmósfera del planeta en la época de Pascua del Equinoccio de Primavera, el momento de la Resurrección del año; luego, durante los meses de mayo y junio la gloriosa luz se esparció por los pliegues espirituales de la Tierra, donde habitan Arcángeles y Poderes, ministrando invisibles las variadas oleadas de vida que evolucionan sobre el planeta.
Pero, si la nota física del Solsticio de Verano es Transmutación, su nota - clave espiritual, como se conoce entre las Jerarquías, es Éxtasis Espiritual, pues ellas alcanzaron ambos, la Transmutación y la Transformación hace ya mucho en períodos tempranos de la evolución solar. Para ellos, no obstante, las fuerzas que en los reinos inferiores despiertan el sentido físico del bienestar, son recibidas a un más alto nivel y en una forma más pura. Tan poderosas son sus radiaciones que muchos sensitivos a las condiciones de los planos internos son capaces por esa fecha de contactar los seres Angélicos más fácil e íntimamente que en cualquier otro tiempo del año, a pesar de las distracciones del mundo externo que en Verano son tan insistentes y acuciantes.
Mientras, las Sagradas Estaciones son expresión no sólo de los ciclos naturales sino también sucesos principales en la vida del Cristo Cósmico – en la cual como hemos visto, el Equinoccio de Otoño se coloca como el sitio de la Crucifixión, el Solsticio de Invierno, como el del Nacimiento Santo (que es también una muerte), y el Equinoccio de Primavera, la Resurrección – así, el Solsticio de Verano marca el sitio de la Ascensión.
Es debido al poderoso fluir de fuerza espiritual en esas Cuatro Estaciones cuando las fuerzas del Cielo y la Tierra conjuncionan, que muchos artistas creativos y escritores se han inspirado para crear sus grandes obras maestras sobre el tema de los Poderes Regenerativos que caracterizan dicho lapso. El Paraíso Perdido, de Milton es ilustrativo del tema de la Renunciación del Equinoccio de Otoño, la caída de los Ángeles y del hombre que hizo necesaria la Redención ofrecida por Cristo y Su Crucifixión para realizarla. Los Idilios del Rey, de Tennyson, es la historia del Solsticio de Invierno, en la cual el Rey Arturo desciende a la Tierra en medio de la severa tormenta del invierno. El deja la Tierra durante la misma estación, declarando mientras se desvanece de la vista, que lo viejo debe dejar sitio a lo nuevo, pues Dios se completa a Sí Mismo de múltiples maneras.
En Fausto, la obra maestra de Goethe, que es quizá uno de los más profundos tratados ocultistas de los recientes siglos, el poeta describe las tremendas fuerzas espirituales derramadas sobre la Tierra durante el tiempo del Equinoccio Primaveral. Y en el Sueño de una Noche de Verano, de Shakespeare, encontramos todo el color, la belleza y el encanto que pertenecen al solsticio Estival.
Cuando la nueva religión de Acuaria se haya establecido firmemente en la Tierra y las Sagradas estaciones hayan asumido su verdadero sitio como las cuatro poderosas columnas del templo de Misterios, piezas maestras de arte como éstas, y muchas mejores que ellas, tendrán un muy importante papel en el estudio del Discípulo en las aulas de Sabiduría, la Universidad del Alma, no sólo como literatura, sino como testamentos de la Iniciación.
Los primitivos alquimistas comprendían bien los misterios del Solsticio de Verano y exhortaban a sus pupilos a tomar ventaja de las potencias que se alzan en ese tiempo para elevar la Gran Obra Blanca (la piedra filosofal), a su lunar perfección. En esta Estación también el Cristo dio el Sermón del Monte, el mensaje sublime que está destinado a ser la fórmula viva del hombre de la Nueva Era.
Bajo los rayos oblicuos del Sol en el Solsticio de Invierno la actividad espiritual es más fuerte, trabajando para purificar las masas. Todo hombre está entonces inspirado con jovialidad, amabilidad, suavidad y deseos de ayudar – las notas claves de la Estación – Bajo el rayo perpendicular del sol en el Solsticio Estival, las actividades físicas alcanzan su cenit y la Tierra está ataviada de belleza como una novia. El impulso del Cristo que llegó del centro de la Tierra en el Solsticio de Invierno, alcanza ahora su completa complacencia. las alegrías del Nacimiento a mediados de invierno encuentran su consumación a mediados de verano.
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del libro "Portales Estelares"

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