LA MÚSICA DE LA INDIA
La música en el mejor sentido no requiere de innovaciones; y aun, mientras
más antigua es, y mientras más nos acostumbramos a ella, mayor es su
efecto.
Goethe
La música nos emociona, y no sabemos por que; sentimos las lágrimas,
peor no podemos hallar su origen. ¿Es el lenguaje de algún otro estado,
nacido en la memoria? ¿Por qué puede despertar el fuerte instinto del
alma de otro mundo como la música?
J. E. Landon
Para que un occidental entienda la música hindú debe darse cuenta de
que brota de una conciencia que está mucho más cercana al lado
subjetivo de la vida que a si mismo. La característica más sobresaliente de
la gente de la India es un conocimiento de la realidad espiritual. Es, por lo
tanto, inevitable que su aproximación a la música, a un concepto de su
naturaleza y función, sea espiritual más que meramente estética. “De
acuerdo con los pandits Indios”, escribe Ethel Rosenthal en su libro
intitulado Historia de la Música India, “los músicos deben poseer una firme
devoción a Dios y deben ser puros en mente y cuerpo, pues a menos que
ellos comprendan el poder espiritual de la música, serán incapaces de
evaluar la ciencia que yace bajo su arte”.
Quizás el compositor y cantante más famoso de este país haya sido
Tyagaraja, a quien se le ha llamado el Beethoven de la música India. Este
célebre sabio musical era una idealista quien vivió una vida santa. Su culto
del Dios Rama y su obediencia y dedicación al santo patrono de la
música, Narada, eran igual en intensidad y devoción. Según los críticos de
la música nativa, los himnos de este santo hombre están al nivel de los
Salmos de David y de la Imitación de Cristo de Tomás Hemerken de
Kempis. Está establecido que son “la última palabra en la teoría y práctica
de devoción, música y cultura propia… Revelan la maravillosa evolución
del alma de un neófito derecho hacia adelante hasta alcanzar la meta…
Era un atrevido reformador social del tipo efectivo, un intrépido orador de
la verdad y un maestro incomparable. Sus himnos son tan sublimes, tan al
alcance del alma, que sus seguidores hablan con respeto de ellos como
Tyagapanishads, pues para ellos son tan sagrados como las Santas
Escrituras”.
Jayadera fue otro de los santos músicos de la India antigua, autor de la
Gita Govinda o Divino Pastor. Esta obra, llamada un Canto Sánscrito de
Salomón, fue traducida al inglés por Sir Edwin Arnold como la Canción
India de las Canciones. Relata la historia de amor de Krishna y la hermosa
doncella Radha. Cuando Radha “entra al místico hogar de su único
amado” ella “hace sonar musicalmente los brazaletes en sus tobillos y las
campanas de su zona”. Krishna la saluda con las palabras: “Las campanas
tintineando en tu chaqueta producen música casi igual a la melodía de tu
voz”.
Se ha tejido mucho misterio en torno a la vida espiritual de la India en las
leyendas relacionadas con la vida y actividades de Krishna. Estas, en turno,
han sido interpretadas en el lenguaje de la música y la danza. También
como el Canto de Salomón, la hermosa canción india es un cántico sobre
el Matrimonio Místico, divulgando el éxtasis de alma que acompaña al
divino perdón (at-one-ment). Las campanas musicales tantas veces
mencionadas en esta canción hacen referencia a la armonía que
continuamente brota de un alma iluminada. El ritmo de la nota clave de
un discípulo debe estar siempre en sintonía con la de su maestro y el Rayo
particular al que este último está sintonizado.
Todas las religiones de la India se unen en una creencia fundamental: la
doctrina de la Trinidad. Los tres aspectos bajo los cuales su Dios se
manifiesta son el Creador, el Preservador y el Destructor. El aspecto
Destructor denota los procesos de la muerte, con lo cual las formas que ya
no son adecuadas o útiles son desintegradas para dar lugar a nuevas y
mejores formas.
La música de una nación es inseparable del contenido básico de la vida
interna de su gente. Así, es en conformidad con las armonías internas de la
naturaleza que la música primitiva de la India posee un ritmo triple. Según
su teoría, las tres notas más importantes son la graba o nota de apertura, la
amsa o nota predominante, y la nyasa o nota final de una melodía o raga,
como se le llama al arreglo de sonidos dentro de la octava. La amsa o
segunda nota ahora es considerada la más importante de la escala y, por
lo tanto, se refieren a ella como el “alma del raga”. La nota del comienzo
se correlaciona con el aspecto Creador de la Deidad triple, el principio del
Padre. La segunda nota lleva al Preservador o principio del Cristo Cósmico.
La tercera y última nota se correlaciona con el Destructor o principio
transformador.
Es significante que en la música hindú moderna la nota perteneciente al
principio de Cristo es de mayor importancia y es considerada la misma
alma de los compases de la música. Unificación es la nota clave del
impulso de Cristo y la música sirve al mismo propósito. La segunda nota
dominante o de Cristo en la triple observada melodía hindú moderna está,
por lo tanto, sirviendo a la necesidad evolutiva de la India de hoy, a saber,
la abolición del sistema de casta y una unificación de la gente. Puede ser
mediante el poder místico de la música que esta suprema meta será
alcanzada.
En un trabajo intitulado La Historia Universal de la Música, el reciente
Rabindranath Tagore registra los colores asociados en Sánscrito con los
siete tonos musicales. En su secuencia numérica ellos son: negro, color
tostado, dorado, blanco, amarillo, púrpura y verde. La variación en los
colores de aquellos aceptados por los músicos occidentales es debido a
una diferencia en la colocación y significado esotérico de las notas.
Mientras estos misterios permanecen ocultos para aquellos que no están
preparados, son bellamente revelados a quienes los perciben con los ojos y
oídos espiritualmente abiertos.
Ha sido una eterna doctrina hindú que cuando Krishna danzaba los Seres
celestiales siempre participaban en la ejecución verdaderamente
santificada. Cuando Krishna, el Dios Sol, está observando el festival anual
del Sol, es retratado como tocando una flauta mientras se encuentra
rodeado de ninfas danzantes, cada una llevando un instrumento musical.
En este ceremonial debemos hallar el origen de una danza modelada
después de la rotación de los planetas alrededor del orbe solar.
Los indios del Este creen que cada una de las cinco artes era una
revelación directa de los dioses quienes las entregaron al hombre a través
de los Vedas. Además, ellos enseñan que a la música y la danza se les
asigna una misión particularmente sublime en la cual tienen el poder
elevar al hombre por sobre y más allá de los intereses mundanos y en
perfecta unión con lo Divino. El declive sufrido por todas las artes, ya sean
del Este o del Oeste, durante el curso de las centurias porta testimonio a la
decadencia en que la civilización ha caído. En la India las artes están
parcialmente dormidas, por decirlo, aguardando un resurgimiento del
Espíritu del Oriente para traerlas de nuevo a la vibrante expresión creativa.
Ningún país es más rico en su herencia de música tradicional que la India.
Es una emanación directa del alma del pueblo. Siendo una nación
Capricorniana, los habitantes de la India están fuertemente dominados por
las características Saturnianas. Estas pueden describirse en pocas palabras
como prudencia y reserva externas pero un gran ardor espiritual en el
interior. Esta influencia Saturniana penetra toda su música. Para los oídos
occidentales es extraña y misteriosa, en resumen poco interesante y
monótona. Pero cuando el oyente occidental se familiariza con ella,
aprende a apreciar el “sonido Saturniano” en su valor real. Este sonido es
una parte indispensable de su música, expresando como lo hace el modo
lastimero y la tristeza de alma de un pueblo que siente la discrepancia
entre su conocimiento espiritual y su ineficaz expresión, individual y
nacionalmente.
Entre los instrumentos hindúes más populares están la vina y la sitar, que se
asemejan a nuestra guitarra y banjo, respectivamente. Ambos instrumentos
tienen “cuerdas de sonido monótono”, aunque el sonido es tocado con
mayor efectividad sobre dos tambores armonizados en una octava aparte.
Puesto que el alma de la India armoniza tan estrechamente con los reinos
del espíritu, el poder oculto de la música se acentúa inevitablemente. En
un comienzo la música india poseyó poderes curativos y, según la leyenda,
también se usó para domesticar animales salvajes y para ejecutar
fenómenos naturales tales como traer lluvia a las cosechas.
Se dice que los elementos Indo-Arios de la música tienen su origen en los
primeros himnos Védicos. El Rig Veda (1.400 A.C) antiguamente era
cantado en tres tonos. Varios siglos antes de la Era Cristiana se usó un
sistema regular de anotación. En él las siete notas son designadas por las
siete letras iniciales del alfabeto. Este sistema de anotación pasó de los
Brahmanes a Persia y Arabia, y luego a Europa.
Hay una leyenda india para el hecho que la música y su arte aliado, la
danza, fueron entregados al hombre por el Dios Siva. La danza cósmica de
Siva simboliza el poder del ritmo en su aspecto evolutivo; y en su aspecto
personal se relaciona con las fuerzas centradas en el corazón que, cuando
suficientemente elevado, libera al alma de las ilusiones del mundo
material.
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LA MÚSICA
nota clave de la evolución humana
por
Corinne Heline
Traducido por el
Centro fraternal Rosacruz de Santiago,
Chile
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