CAPÍTULO XXXIV
LOS PROFETAS
El Dios que se apareció, bien en forma humana, bien en forma de ángel a
algunos Patriarcas, fue Jesús Cristo.
Orígenes
Los profetas ocuparon una posición única en el Antiguo Testamento: Fueron mensajeros y canales entre los planos internos y externos. Toda religión tiene una enseñanza interna y otra externa, ésta para las masas y aquélla para unos pocos. Los profetas fueron los intérpretes de los significados ocultos. Sus mensajes se centraron prácticamente en el Mesías y en la preparación de Su venida.
Entre los más ilustres de dichos profetas se encuentra Isaías. Las páginas de su sublime libro están llenas de predicciones sobre Cristo y la gloriosa dispensación que establecería en una nueva Tierra. La clarividencia de Isaías no sólo previó la venida de Cristo sino la de Juan, el precursor del Señor, y de la Virgen madre de Jesús, como dejan claro los siguientes pasajes:
Una voz grita: En el desierto preparadle un camino al Señor;
allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor y la verán todos los hombres juntos.
Ha hablado la boca del Señor.
Isaías 40:3-5
Pues el Señor, por Su cuenta, os dará una señal:
Mirad: La joven está encinta y dará a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros).
Isaías 7:14
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:
lleva al hombro el principado y es su nombre:
Maravilla de Consejero, Dios Guerrero,
Padre perpetuo, Príncipe de la Paz.
Isaías 9:5
Saldrá un renuevo del tocón de Jesé,
y de su raíz brotará un vástago.
Sobre él se posará el Espíritu del Señor:
Espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de conocimiento y respeto del Señor.
...juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.
...habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos;
un muchacho pequeño los pastoreará.
...no harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Isaías 11:1,2,4,6,9
La maravillosa visión de Ezequiel es la más significativa declaración en
cuanto al Cristo por venir:
Miré y vi en el suelo una rueda al lado de cada uno de los cuatro seres
vivientes.
El aspecto de las ruedas era como el brillo del crisólito; las cuatro tenían la
misma apariencia. Su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de
la otra.
Ezequiel 1:15-17
Aquí Ezequiel estaba estudiando el trabajo de los cuatro Ángeles Archiveros:
Tauro, Escorpio, Acuario y Leo. Tauro y Escorpio son las Jerarquías bajo las que el karma planetario está siendo liquidado. Se describe en los Libros de los Profetas como el trabajo, el dolor y la desolación que predicen vendrá sobre la tierra. Muchas de estas profecías resultan en nuestro tiempo extrañamente familiares, pues el karma planetario está siendo liquidado ahora y su purgación continuará hasta que el registro kármico de la tierra quede limpio.
A Acuario se le describe como el Hijo del Hombre, un signo simbólico de la era crística por venir. Leo es el hogar de la Jerarquía de los Señores de la Llama, o sea, de la luz y del amor. Ambos signos proclaman que cuando el Hijo del Hombre venga, será la suprema luz del mundo y el amor será el poder motivador de toda la humanidad.
Los siguientes pasajes, tomados de varios de los Profetas del Antiguo Testamento, han sido comprendidos por los intérpretes bíblicos a lo largo de los siglos como referidos a Cristo:
Será el árbitro de muchas naciones,
el juez de numerosos pueblos.
De las espadas forjarán arados;
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Se sentará cada uno bajo su parra y su higuera,
sin sobresaltos. Lo ha dicho el Señor de los ejércitos.
Miqueas 4:3,4
Mirad, yo envío un mensajero a prepararme el camino. De pronto entrará en
el santuario el Señor que buscáis.
Malaquías 3:1
Mirad que llegan días, oráculo del Señor,
en que daré a David un vástago legítimo.
Reinará como rey prudente y administrará
la justicia y el derecho en el país.
Jeremías 23:5
Seguí mirando y, en la visión nocturna, vi venir en las nubes del cielo una
figura humana, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real
y dominio: Todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es
eterno y no pasa. Su reino no tendrá fin.
Daniel 7:13,14
El profeta Joel, leyendo el registro akásico y observando en él los maravillosos acontecimientos que sucederían en la era por venir, predijo el gran día de la venida del Señor (el cumplimiento de la ley espiritual) con las siguientes inspiradas palabras:
Después derramaré mi espíritu sobre todos:
Vuestros hijos e hijas profetizarán,
vuestros ancianos soñarán sueños,
vuestros jóvenes verán visiones.
También sobre los siervos y siervas
derramaré mi espíritu aquel día.
Joel 3:1,2
Un cuidadoso examen de los Profetas proporcionará numerosas referencias de naturaleza semejante. El modelo de estos libros proféticos es, en general, el mismo.
Tratan de tres temas principales: El dolor y la desolación producidos por el karma planetario; el esperanzado amanecer de la venida del Mesías; y el establecimiento de una nueva Dispensación por Cristo.
A la escuela de los Profetas del Antiguo Testamento le sucedió la Orden de los Esenios, miembros de la cual se citan en el Nuevo Testamento. Y de nuevo el trabajo de esta sagrada Orden consistió en preparar la venida del Señor Cristo. Los padres de la iniciada María y los de Juan el Bautista fueron miembros de esta Orden. Con el cumplimiento de la misión de Cristo en la tierra, su función terminó y desaparecieron, en cuanto a la historia se refiere, siendo absorbidos por las primeras comunidades cristianas. Su importante papel como custodios de los Misterios inmemoriales, mediante enseñanzas iniciáticas a los primeros cristianos, se perdió por parte de la Iglesia poco después de su fundación.
Los cristianos esotéricos, sin embargo, siempre reconocieron a los esenios como los poseedores y transmisores de la Sabiduría del Templo y de los poderes proféticos que decayeron tras sus inmediatos predecesores los Profetas Hebreos. Este hecho ha aparecido a la luz recientemente y se está exponiendo públicamente gracias al descubrimiento de los escritos esenios conocidos como los Papiros del Mar Muerto.
Hipólito afirma que el Señor Cristo fue la inspiración de todos los profetas. El Libro de Zacarías, uno de los más místicos entre los Libros proféticos, anuncia la venida de Cristo, al que denomina "la RAMA", así como el establecimiento de Su Reino en la Tierra, Su muerte y Su segunda venida.
Nos hemos referido al ciclo Acuario-Leo, durante el que se inaugurará una definitiva preparación para Su venida. Algunos místicos cristianos predicen que Cristo volverá durante el siguiente ciclo Capricornio-Cáncer. Zacarías se refiere al santo "remanente", los pioneros que estarán preparados para recibir al Señor Cristo y para trabajar para Él. Estos pioneros habrán despertado dentro de sí mismos el principio crístico, esa divinidad latente en cada individuo y que se despierta mediante un sincero esfuerzo por imitar a Cristo. Ese despertar produce una transformación de la conciencia que afecta a la vida y, finalmente, al cuerpo del aspirante. Zacarías describe este proceso como dos olivos con una candela brillando entre ellos, ante el ungido Uno. Esa acción transformadora produce un gran cambio en los sistemas nerviosos cerebroespinal y simpático, que tienen una conexión directa, respectivamente, con los cuerpos de deseos y vital del hombre. Cuando están en equilibrio, el desarrollo espiritual se facilita enormemente. (Este asunto se estudia
con detalle en el Tomo Tercero del Antiguo Testamento). La candela luminosa entre los dos olivos es el fuego espiritual espinal que, cuando se eleva hasta la cabeza, despierta poderosos órganos espirituales allí situados. Zacarías compara una cabeza así despertada con una copa de oro, pues esos órganos despiden una luminosidad dorada que se manifiesta como un aura radiante alrededor de todo el cuerpo. El profeta describe a tales pioneros como seres santos que vienen del norte, del este, del sur y del oeste a la Nueva Jerusalén.
Como se ha dicho antes, la segunda venida de Cristo puede tener lugar durante el próximo ciclo Capricornio-Cáncer. Entonces Cristo volverá bajo Su propio signo de Capricornio, a la vez que los pioneros bajo Cáncer ascenderán con Él hasta Su propio mundo, el del Espíritu de Vida o conciencia crística, el mundo de la gran unidad. Allí se comprueba totalmente que todas las cosas son parte de Dios y que Dios es parte de todas las cosas. Entonces los pioneros de la Nueva Edad podrán proclamar con Cristo: "¡Mi Padre y yo somos uno!".
El Libro de Malaquías es el último del Antiguo Testamento. Y las palabras de su capítulo final contienen la promesa de las promesas: "Pero a los que respetan mi nombre, los alumbrará el sol de la justicia que cura con sus alas". Estas inspiradas palabras son como un puente de luz entre el trabajo preparatorio del Antiguo Testamento y su sublime culminación en el Nuevo.
EL MISTERIO DE LOS CRISTOS
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