CAPÍTULO XXIII
ACUARIO
Meditación espiritual para Acuario
El símbolo pictórico de Acuario es el Portador de Agua, un hombre derramando las aguas de la vida, de un recipiente, sobre la Tierra, para refrescarla y renovarla.
Acuario rige la naciente Nueva Edad. El sol, por precesión, ha tocado ya el aura de su influencia electrificante, con el resultado de que la vida humana, en todos los aspectos, está experimentando una tremenda aceleración. Mediante su regente planetario, Urano, Acuario gobierna las fuerzas sutiles de la naturaleza. Por eso, bajo su inspiración, el mundo material ha sido transformado por impulsoras fuerzas de luz y poder, como las halladas por medio de la electricidad, y el átomo, recién desvelado. De un modo correlativo, están siendo activados determinados procesos que aceleran y despiertan poderes latentes en la mente y en el alma del hombre, al tiempo que están siendo restauradas para él las enseñanzas de la Iniciación.
El Portador de Agua es un andrógino, un ser en el que los principios masculino y femenino se han combinado equilibradamente. El resultado fisiológico de tal estado de equilibrio es una relación, perfectamente simétrica entre los sistemas nerviosos simpático y cerebroespinal. En terminología iniciática se habla de tal desarrollo como del Matrimonio Místico. Una versión bíblica del proceso implicado es el milagro de Caná, cuando Cristo convirtió el agua en vino. Saint Germain da una concepción simbólica de esta fase de la Iniciación cuando la representa como un mar tormentoso, sobre el que brillan ocho estrellas deslumbrantes; una figura femenina desnuda se yergue, con un pie en la tierra y otro en el mar; en sus manos sostiene dos copas: De una fluye bondad, y de la otra, caridad, cualidades que dan lugar a la amistad y la fraternidad; sobre su cabeza hay una estrella de ocho puntas, cuyo centro forma una pirámide, de la que una parte es blanca, y la otra, negra, simbolizando con ello los dos aspectos de la ley oculta; junto a la mujer hay una planta con tres flores abiertas y sobre ella se cierne una mariposa con las alas extendidas. Todo este símbolo apunta a la riquísima vida y amplios poderes que Acuario proporcionará a la Humanidad. Bajo este signo es como el hombre camina hacia el momento de convertirse en un superhombre y, mediante su poder, la Humanidad dará nacimiento a un quinto reino: El reino de las almas.
El símbolo del Tarot es, en muchos aspectos, similar al de Saint Germain:
Cosiste en una figura femenina arrodillada, con una urna en cada mano; de una fluye líquido sobre el mar; de la otra, sobre la tierra; detrás aparece ese mundo descrito por
San Juan como "el nuevo cielo y la nueva tierra"; sobre su cabeza, brilla una estrella de ocho puntas; bajo la figura, aparece la leyenda: "Los que quieran entrar aquí deben morir para su yo inferior". Se refiere al estado que se alcanza durante la contemplación (grado profundo de la meditación) en el que los ojos del alma cambian su enfoque, desde el plano externo de las apariencias, al plano interno de la realidad. La interpretación oculta del líquido derramado sobre la tierra y sobre el mar, es la del derramamiento del éter de Cristo, ya que Cristo está cada vez más próximo a la Tierra, y los éteres espirituales se van haciendo más y más densos, más potentes en sus efectos. Esa lluvia está facilitando al hombre el despertar, en su propio interior, de los poderes crísticos, que puede emplear para ayudar a otros, así como para acelerar el retorno del Señor.
San Pablo se refería a la manera natural de actuación de la ley espiritual, cuando decía que hay leche para los bebés, pero carne para los hombres fuertes.
Todas las grandes religiones del mundo tienen dos fases de enseñanza: La de las profundas verdades esotéricas, impartidas sólo a los pocos preparados para recibirlas, y una versión simplificada de las mismas, destinada a las masas. Así como el equinoccio vernal se mueve hacia atrás, a través de cada signo del zodíaco, la religión dada al pueblo, generalmente, está en armonía con el signo vigente. Las verdades esotéricas profundas llegan bajo el signo opuesto, el del equinoccio de otoño. Por ejemplo, la religión Acuaria, para las masas, se centrará en la Paternidad de Dios y la fraternidad de los hombres; las enseñanzas esotéricas, reservadas a los pocos, estarán centradas en el signo opuesto, Leo, cuya nota-clave se describe en la Biblia con las palabras de San Pablo: "Amar es el cumplimiento de la Ley".
Bajo Leo, el corazón iluminado o santo se convertirá en el centro luminoso del cuerpo, y el poder del amor será el principal móvil de la vida. Compartir y no codiciar será la principal aspiración del mundo de los negocios, y la cooperación ocupará el lugar que hoy ocupa la competencia. La tolerancia sucederá al fanatismo, y la rehabilitación sustituirá a la pena capital. Cada uno colocará el interés del prójimo al mismo nivel que el suyo, y el ideal supremo de la vida consistirá en servirse, recíprocamente, con amor. La nota-clave bíblica de esta nueva civilización Acuaria se encuentra en las palabras del mismo Cristo: "Vosotros sois mis amigos".
Acuario es la Casa Undécima, el signo de la amistad, la fraternidad y la hermandad. La próxima Edad Acuaria trasladará el énfasis del desarrollo espiritual, del individuo al grupo. Esto ya es perceptible en la creciente atención que se presta en las instituciones educadoras, a la preparación de los alumnos para servir a la sociedad. En las escuelas ocultas es evidente una tendencia similar. La conocida afirmación de Cristo "donde dos o tres se reúnan en mi nombre, yo estaré en medio de ellos" adquiere profundo significado a la luz del desarrollo acuario.
Acuario tiene dos regentes: Saturno y Urano. El primero gobierna lo viejo, lo que pertenece al pasado. Urano gobierna lo nuevo, lo que pertenece al futuro. Los antiguos representaban a Acuario como un Árbol de Vida con dos ramas, una terminada en una figura representando la vejez, el producto de Saturno; la otra, terminada en una figura hermosamente joven, llevando en sus manos el Santo Grial, que simboliza la "realización" obtenida bajo la influencia de Urano. En el presente estadio de la evolución humana, tanto el individuo como la colectividad, se encuentran en un período de transición, pasando, gradualmente, de un viejo orden establecido, a una naciente civilización. Lo viejo se está
desmoronando; lo joven está en proceso de formación. Consecuentemente, nada es permanente ni estable. Todo se encuentra en estado de fluidez. Y el desorden y los conflictos que barren el mundo provienen de las condiciones dislocantes y distorsionantes que acompañan el paso, de un orden al siguiente. La función de Saturno, el regente del lado material de Acuario, es confinar, limitar todo esto y proporcionar formas fijas y fiables, a través de las que las fuerzas de la vida, tanto del individuo como de la sociedad, puedan canalizarse eficazmente hacia el plano material. Esta es su contribución constructiva a la vida, tal y como se expresa en este plano de existencia. Sin embargo, como la vida evolucionante está continuamente expandiendo sus poderes, las formas que Saturno proporciona han de ser sustituidas periódicamente por otras de mayor elasticidad y mayores dimensiones y, por eso, junto a Saturno, en Acuario está Urano, cuyo cometido consiste en desmembrar formas inadecuadas y cristalizadas para que otras ocupen su lugar. Urano destruye sólo lo que se ha convertido en un obstáculo para el progreso y evolución de la vida; por eso se lo denomina el Transformador. También se le conoce como "el planeta de Cristo", pues su influencia es la de la voz de la Revelación que, asociada con el impulso redentor de Cristo, declara: "Contemplad, todo lo hago nuevo".
Por todas partes se pueden observar evidencias de la próxima Edad Acuaria: En las osadas aventuras submarinas, en las aéreas y en las que se preparan para viajar por el espacio, se revelan los impulsos Uranianos que están empezando a impregnar la Tierra entera. Los niños hablan de viajes a la luna, a Venus o a Mercurio, con la misma naturalidad con que, hace pocos años, se hablaba de viajar a ciudades del propio país. Lo mismo que la preparación de la exploración de otros planetas requiere largos y arduos estudios y severa disciplina, así son necesarias preparaciones similares para el discípulo de la Nueva Era. Del mismo modo que los científicos intentan explorar los planos externos de otros planetas, que corresponden al cuerpo físico de la Tierra, los discípulos de la Nueva Era están siendo también preparados para entrar en los cuerpos más refinados, desde el punto de vista espiritual, tanto de la Tierra como de los demás planetas.
Las fuerzas de los dos éteres superiores están haciéndose más y más poderosas en cuanto a su influencia sobre la Humanidad se refiere. El éter luminoso ayuda al desarrollo de la percepción extrasensorial, mientras que el éter reflector despierta en los discípulos fuerzas latentes en preparación de la Iniciación. No está lejano el día en que la palabra Iniciación será familiar, y en el que el trabajo iniciático será restituido al lugar que le corresponde, como la suprema consecución de la vida espiritual.
Una prueba de esta tendencia la proporciona el hecho de que, en cierto número de iglesias ortodoxas, se hayan formado grupos para el estudio y desarrollo de las facultades espirituales latentes en el hombre, aunque se las considere como pertenecientes, exclusivamente, al campo de la metafísica y, por eso, extrañas a la religión, tal y como ahora se la concibe.
El Sendero de Santidad a través de Acuario
La constelación de Acuario es el hogar de la oleada de vida angélica. Los ángeles, cuando trabajan en la Tierra, usan los planos etéricos del Planeta como campo más apropiado. Los cuerpos de los ángeles están formados de éteres, y por eso sólo son visibles para los que han desarrollado la visión etérica. Muchos niños la poseen y, por eso, tienen conocimiento, de primera mano, de los seres angélicos. Y, del mismo modo, están familiarizados con los Espíritus de la Naturaleza que, como los ángeles, funcionan en cuerpos etéricos.
Los ángeles son expertos en trabajar la sustancia etérica. Construyen muchos y muy variados modelos de flores bellísimas en el azul y el dorado de los éteres superiores; y los Espíritus de la Naturaleza, luego, los trasladan a la Tierra, formando las flores, que enriquecen el reino vegetal a lo largo y a lo ancho del mundo.
Cuando el sol está transitando por Acuario, el Señor Cristo, en Su pasaje anual por la Tierra, centra Sus actividades en el mundo etérico. Derrama Su amor y Sus bendiciones, tanto sobre los ángeles como sobre las almas de los desencarnados de la humanidad terrestre que están viviendo y trabajando en esos planos. Son éstos también el hogar de los niños, los egos de los que han muerto en la infancia, y en ellos se les instruye y acompaña por los ángeles.
En los planos etéricos se encuentran Templos de Iniciación que existieron antiguamente en este Planeta, pero que se perdieron para él cuando se descendió a la materialidad. Se han hecho frecuentes referencias al Templo Crístico, situado en el mundo etérico, exactamente sobre Jerusalén. Los ángeles están íntimamente asociados a los Templos de Iniciación. Pueden entrar libremente en tales santuarios y son felices de servir en esos sagrados recintos.
Se dice que un ángel guardián se cierne sobre la silla de cada caballero que se sienta a la mesa Redonda en el templo del Rey Arturo. En las leyendas sobre el Santo Grial, se contienen profundas verdades espirituales, porque el trabajo de los templos del Santo Grial es parte del trabajo del Templo de los Misterios Crísticos. La profunda significación de esas leyendas ha sido velada por poetas y artistas, que las relatan de la forma y con las costumbres de la primera vez que aparecieron. Las leyendas del Grial se centran en la Copa Sagrada. Los más profundos misterios de la cristiandad esotérica se centran en el Grial. Las más profundas enseñanzas de Cristo, las impartió durante la última Cena, cuando reveló a Sus discípulos Misterios relacionados con el Rito de la Sagrada Comunión.
Como se dijo en "El sendero de santidad a través de Capricornio", a los discípulos se les enseña a convertirse en Auxiliares Invisibles, para ayudar a los que viven en el mundo físico. Cuando el Sendero de Santidad pasa a Acuario, el trabajo del discípulo se amplía: Entonces aprende a auxiliar bajo la guía de los ángeles, y a trabajar con seres que habitan en los planos etéricos o celestiales.
Un discípulo calificado, que ha aprendido a seguir a Cristo a lo largo del "Sendero de Santidad a través de Acuario", es capaz, en tal estadio de desarrollo, de entrar conscientemente en los planos etéricos. Allí puede observar los variadísimos y hermosos servicios rendidos por los ángeles en beneficio de la Humanidad y de todas las formas de vida existentes en el Planeta. Así pues, el discípulo se encuentra en un mundo encantado, un mundo tenue en el que tienen su origen las noticias sobre las hadas; porque el mundo de los éteres superiores es, verdaderamente, un mundo de hadas. De las actividades observadas en esos planos es de donde muchos buscadores iluminados y místicos han tejido sus más hermosos escritos, relativos a las verdades espirituales. Un encantador ejemplo de ello lo constituye El Pájaro Azul, de Maeterlinck.
Durante el mes en que el sol transita por Acuario, los éteres superiores se hacen más dorados y luminosos, porque la fuerza de Cristo está siendo dirigida sobre la superficie de la Tierra para preparar Su triunfante liberación pascual.
Parábola bíblica para Acuario
El Buen Samaritano (Lucas 10:25-37)
Acuario, el signo de la fraternidad, la hermandad y la cooperación, se correlaciona con la parábola bíblica del Buen Samaritano.
Hubo un hombre que, por motivos comerciales, iba, desde su casa en Jerusalén, a Jericó. En su camello transportaba muchas joyas preciosas y mucho oro.
En el camino fue asaltado por ladrones, que le robaron todos sus bienes, incluso el camello. Tras haber sido brutalmente golpeado, fue abandonado en el camino para que muriese. Mientras yacía allí, clamando ayuda, acertó a llegar un sacerdote, pero pasó de largo por el otro lado del camino. Luego pasó un levita que, aunque lo vio, hizo oídos sordos a las peticiones de ayuda. Por fin, llegó un samaritano.
En los días de Cristo, los samaritanos eran considerados como totalmente indignos y mirados como materialistas que no creían en Dios. A los niños judíos no se les permitía jugar con los de los samaritanos o asistir a las mismas escuelas. La situación era similar a la del actual problema racial.
Pero el samaritano se detuvo, lavó las heridas del hombre con vino y bálsamo, y las vendó. Después lo subió sobre su cabalgadura y, caminando él mismo a pie, lo trasladó al próximo poblado. Allí buscó un médico y le dio dos monedas diciéndole:
"Cuídalo y, cualquier cosa que exceda de esto, cuando yo regrese, te la abonaré".
Cristo concluyó su parábola diciendo: "¿Cuál de los tres pensáis que era el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?. "El que le hizo bien" - fue la respuesta. A ello el Señor respondió: "Id y haced lo mismo".
Quizás en ningún sitio existe una interpretación más hermosa de la amistad que la dada en la Parábola del Buen Samaritano. Emerson escribió que, quien tiene amigos, ha de serlo él también. La verdadera evaluación de la riqueza no se basa en las cosas, sino en la amistad. El amigo más rico es el que mayor número tiene de amigos fieles y leales. Al fin de un peregrinaje terreno, las posesiones más raras y preciosas serán las que se basen en la amistad.
EL MISTERIO DE LOS CRISTOS
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