miércoles, 29 de septiembre de 2010

Meditaciones sobre Michael - Michael, Príncipe de la Iglesia - en you tube -


Capítulo V

Meditaciones sobre Michael
Michael, Príncipe de la Iglesia

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Entre los muchos eventos milagrosos que acompañan la leyenda de la Navidad, ninguno es más hermoso que la aparición de los cuatro Arcángeles — Michael, Raphael, Gabriel y Uriel-. Estos Seres majestuosos permanecieron como una guardia de honor en derredor del Pesebre durante las horas de aquella primera Noche Santa, derramando Sus Bendiciones sobre el Santo Niño y diseminando grandiosas corrientes de Luz a través de todo el globo terrestre.

El descenso de los cuatro Arcángeles en aquella Santa Noche no fue, sin embargo, su única aparición durante la evolución humana. Las leyendas sagradas están llenas de sus portentos y mientras muchas de ellas pueden ser interpretadas alegóricamente, otras pueden en muchos casos serlo mediante un verdadero patrón científico en consonancia con lo conocido en la historia espiritual de la humanidad.

Las Cuatro Santas Estaciones están bajo el cuidado de estos Seres majestuosos que dirigen el trabajo de los Ángeles y del hombre, así como varían los procesos naturales durante todo el año. Aunque cada uno de los cuatro festivales dura únicamente cuatro días, su tremendo impulso continúa manifestándose durante los tres meses de toda la Estación. Es un invaluable privilegio para el hombre poder sintonizarse con los procesos anímicos de la naturaleza; de ahí, el axioma masónico: "Hermano, estudia la naturaleza, porque ella lleva impreso el sello de la Divinidad".

Estas sagradas Estaciones o Festivales, eran en realidad puntos turnantes de la Gran Fuerza Espiritual en los Misterios pre-cristianos. La venida de Cristo, Nuestro Señor, los invistió con adicional poder y gloria, y ello es lo que proclamaban los cuatro grandes Mensajeros en la primera Noche Santa.

Fue el Arcángel Michael quien, en toda su sublime belleza y majestad, se inclinó sobre el Bendito Cristo mientras oraba arrodillado en el Getsemaní, absorbiendo las corrientes miasmáticas de odio y desesperación y transformándolas en puras corrientes de salud y amor; las que derramó refrescantes sobre el mundo. Michael y sus Ángeles ministrantes le auxiliaron en ese trabajo.

Los primeros santos cristianos entendían muy bien la importancia de la labor realizada por los Arcángeles guardianes, y en los primeros siglos de nuestra era se erigieron numerosas capillas en honor de ellos.

San Michael, en particular, recibió universal homenaje como Jefe de los Arcángeles. El trabajo de este poderoso Arcángel siempre fue realizado por medio de la pureza y la transmutación, de ahí que sea muy significativo que una de sus más amadas capillas se levanta en el lugar de nacimiento del Rey Arturo, el Guardián del Grial, en Inglaterra. En el Templo del Rey Arturo, los caballeros del Grial eran enseñados a perpetuar el Misterio del Cáliz Sagrado, Misterios en los cuales el Maestro dio a Sus discípulos las más profundas enseñanzas concernientes a la transmutación. Aquellos que llegaron a ser proficientes en asuntos sagrados, estaban a menudo inspirados por la visión gloriosa del propio Arcángel y muchos fueron los milagros de curación y regeneración que se realizaron.

Según se aproxime la Época Acuariana, las poderosas radiaciones de los cuatro Arcángeles guardianes serán sentidas con mayor intensidad; las capillas de Michael estarán altamente sobrecargadas de fuerza cósmica según Su presencia se manifieste de nuevo en la época actual.

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del libro "Portales Estelares"

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